Sigamos haciendo Hermandad

 Sigamos haciendo Hermandad


El pasado uno de marzo celebrábamos nuestra Función Principal oficiada por el Cardenal Fray Carlos Amigo Vallejo, Arzobispo Emérito de nuestra archidiócesis. De sobra son conocidas sus reflexiones al hilo de la palabra Hermandad, algunas de las cuales transmitió ese día. Mucho más amplia que la acepción en el diccionario de nuestra Academia de la lengua, Fray Carlos trasciende su significado a una expresión nacida y encarnada en la cultura de un pueblo: habla al pueblo con el lenguaje del pueblo. Vive el amor fraterno y administra una bolsa de caridad. Cada Hermandad, dentro de la comunión y unidad de la Iglesia, tiene su propio estilo, sus señas identificadoras. Sus más preciados títulos, que no son tanto los que aparecen en los epígrafes con los que se nombra la Cofradía, sino en su forma de vivir y en cómo actúan los hermanos que componen esa Hermandad.

Llama la atención su clarividencia si contextualizamos ese día como preámbulo de la situación que vivimos; a mediados de ese mismo mes fuimos al confinamiento que ya sufrían otros países y, sucesivamente, perdimos la posibilidad de relacionarnos, de hacer Estación de Penitencia o de acercarnos a nuestra iglesia. Puede uno desinflarse, pensar que hemos perdido este año, que la realidad supera nuestra FeLa cofradía en la calle permite expresar sentimientos, rezar de esa manera tan particular en la que todo suma (público, cortejo, imágenes, costaleros, músicos…), si no se dan esas circunstancias, cómo hacerlo bascular todo. Si la creencia es popular, como dice monseñor Amigo,¿perdería su sentido al no pisar la calle?

Pienso que la respuesta es que no, al menos debemos procurar que no sea así. Días atrás planteamos la necesidad de hacer Hermandad todo el año, recuperar su sentido evangelizador, caritativo y la obligación de recuperar la estabilidad entre sus hermanos. De esta forma será realmente cierto quenuestros más preciados títulos serán no son tanto los que aparecen en los epígrafes con los que se nombra a nuestra Cofradía, sino en la forma en que vivimosy actuamos los hermanos de San Esteban. Que nuestra seña de identidad sea la convivencia no parece mala tarjeta de visita, que nuestro estilo sea el de unidad tampoco. Las puertas de nuestro templo volverán a abrirse y las maravillas a las que estamos acostumbrados los Martes Santos también. Procurar que la ojiva esté abierta todo el año, y los milagros sean diarios es un gran punto de partida, recuperar las frases de Fray Carlos reconfortan por la hondura de su mensaje. Sigamos haciendo Hermandad.


Gregorio M. Mora Vicente

Candidato a Diputado de Comunicación y Relaciones Institucionales

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