Exaltación de la Santa Cruz

Exaltación de la Santa Cruz

Fiesta

Este día nos recuerda el hallazgo de la Santa Cruz en el año 320 por parte de santa Elena, madre de Constantino. Más tarde, Cosroas, rey de Persia, se llevó la cruz a su país. El emperador Heraclio la recuperó en el año 614 y la devolvió a Jerusalén. «La Santa Cruz es ensalzada y venerada como trofeo pascual de la victoria de Cristo y signo que aparecerá en el cielo anunciando a todos su segunda venida» (elogio del Martirologio Romano).

Tanto amó Dios al mundo

“Es la Cruz la que ha reconciliado a los hombres con Dios, que ha hecho de la tierra un cielo, que ha reunido a los hombres con los ángeles. Ella ha derribado la ciudadela de la muerte, destruido el poder del diablo, liberado a la tierra del error, puesto los cimientos de la Iglesia. La Cruz es la voluntad dada al Padre, la gloria del Hijo, la exultación del Espíritu Santo.

La Cruz es más resplandeciente que el sol, porque, cuando el sol se oscurece, la Cruz brilla; y el sol se oscurece, no en el sentido de quedar aniquilado, sino que es vencido por el resplandor de la Cruz. La cruz ha hecho pedazos el acta de nuestra condena, ha roto las cadenas de la muerte. La Cruz es la manifestación del amor de Dios: Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único para que no perezca ninguno de los que creen en él. La Cruz ha abierto el paraíso y ha introducido en él al malhechor y ha llevado al Reino de los cielos al género humano abocado a la muerte”. (San Juan Crisóstomo)

Prefacio: La victoria de la Cruz Gloriosa

En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre Santo, Dios todopoderoso y eterno, por Cristo, Señor nuestro.

Porque has puesto la salvación del género humano en el árbol de la cruz, para que donde tuvo origen la muerte, de allí resurgiera la vida, y el que venció en un árbol fuera en un árbol vencido, por Cristo, Señor nuestro.

Por él, los ángeles alaban tu gloria, te adoran las dominaciones y tiemblan las potestades, los cielos, sus virtudes y los santos serafines te celebran unidos en común alegría.

Permítenos asociarnos a sus voces cantando humildemente tu alabanza: Santo, Santo, Santo es el Señor,

Dios del universo.

Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

Hosanna en el cielo.

Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.


Himno de Laudes de la Exaltación de la Santa Cruz, Fiesta

¡Oh Cruz fiel, árbol único en nobleza!

Jamás el bosque dio mejor tributo

en hoja, en flor y en fruto.

¡Dulces clavos! ¡Dulce árbol donde la Vida empieza con un peso tan dulce en su corteza!

Vinagre y sed la boca, apenas gime;

y, al golpe de los clavos y la lanza,

un mar de sangre fluye, inunda, avanza por tierra, mar y cielo, y los redime. Ablándate, madero, tronco abrupto

de duro corazón y fibra inerte;

doblégate a este peso y esta muerte

que cuelga de tus ramas como un fruto. Tú, solo entre los árboles, crecido

para tender a Cristo en tu regazo;

tú, el arca que nos salva; tú, el abrazo

de Dios con los verdugos del Ungido.

Al Dios de los designios de la historia, que es Padre, Hijo y Espíritu, alabanza; al que en la Cruz devuelve la esperanza de toda salvación, honor y gloria. Amén.





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